Caracas, 19 de Marzo de 2013
BOLETIN DE NOTICIAS NRO. 262
Jorge Serrão. Periodista brasilero...
La Verdad fue enterrada antes que Hugo Chávez: La revelación bombástica es que el cuerpo exhibido, lleno de secreto y seguridad, en una súper urna lacrada, no es el de un ser humano normal, deformado por un terrible cáncer. El cadáver sería un muñeco de cera. El simulacro de un Chávez “embalsamado” En los medios diplomáticos y en el área de la inteligencia militar argentina circula una información 1-A-1 acerca de los procedimientos antes y después de los funerales del Presidente y revolucionario inventor de la República Bolivariana de Venezuela. La revelación es que el cuerpo exhibido, lleno de secreto y seguridad, en una súper urna lacrada, no es el de un ser humano normal, deformado por un terrible cáncer. El cadáver sería un muñeco de cera. El simulacro de un Chávez “embalsamado”. El sorprendente descubrimiento de que un cuerpo en el faraónico féretro bolivariano no correspondía al Hugo Chávez original fue de la “Presidente” de Argentina Cristina Kirchner. La gran amiga de Chávez estaba preparada para pronunciar el más emotivo discurso político en el momento en que llegó cerca del difunto. Quedó tan revuelta y contrariada que se valió de una disculpa mal hilada para regresar urgentemente a su país — incluso dejando sin aventón al presidente uruguayo José Mujica que vino con ella hasta Caracas. Cristina tuvo un shock emocional cuando se vio envuelta en la farsa bolivariana montada para el velorio de Chávez. Sin creer en lo que le mostraban sus ojos, Cristina encargó a una edecán para que investigara, de inmediato, si no estarían ante una “jugarreta de mal gusto con la muerte de alguien muy querido por ella”. La ayudante argentina interpeló a un alto miembro de la guardia militar personal de Chávez —quien prácticamente confesó la trampa: allí no estaba el cuerpo original del amado comandante. La oficial le transmitió de inmediato la información a Cristina – quien saltó. Salió del velorio embravecida, hacia el hotel, avisando que ya no diría un discurso para un muñeco. La Presidente Dilma Rousseff, que llevaba a hombros al ex Luis Ignácio, fue informada sobre el incidente. Dilma y Lula dirigieron una breve mirada a la urna de Chávez, conversaron rápidamente con los presentes, y también se fueron lo más de prisa posible —alegando cosas urgentes a ser resueltas en Brasil. Siguiendo el ejemplo de Cristina, no quisieron participar en la farsa completa de la sepultura de aquél que era el líder operativo-militar del Foro de São Paulo (organización que reúne a las izquierdas guerrilleras, revolucionarias, o simplemente gramaditas en América Latina y en el Caribe). Todo indica que Hugo Chávez ya vino muerto de Cuba —donde no murió de problemas directamente relacionados con el sarcoma que sufrió metástasis. Lo que realmente llevó a Chávez de este mundo al otro fue una brutal infección hospitalaria, que le afectó un pulmón. Tal hecho nunca será admitido oficialmente, ya que el cuento-dogma comunista prescribe que la isla perdida de los hermanos Castro tiene “una de las medicinas más avanzadas del mundo”. Otro hecho que la inteligencia de los Estados Unidos ya dejó bien evidente en los medios diplomáticos: Chávez murió, probablemente, a principios de enero. La prolongación misteriosa de su vida fue apenas una trampa para permitir la inconstitucional toma de posesión de Nicolás Maduro, a través de la generación de un melodrama popular en torno a la fanaticada por la “salvación” y curación del bien amado mito Chávez. El problema para el régimen venezolano es que el atraso en la revelación de la verdad contribuyó a que florecieran las mentiras. Queda esperar para ver cómo la fécula cancerosa va a transformarse en harina viciada por las mentiras comunizantes. Reflexionemos sobre la presentación de la imagen falsificada de Hugo Chávez para que constatemos que todo lo bueno o malo siempre tiene un fin. Puede leer el artículo en su idioma original en alertatotal.net.