“Ya no tenemos miedo, la gente quiere vivir con dignidad y no nos detendremos hasta conseguirlo”.
Ahmed Harara, manifestante que perdió la vista por disparos de las fuerzas de seguridad egipcias.
Al menos 840 personas han muerto en Egipto, en su mayoría por los disparos y la represión del ejército y la policía desde el inicio de la 'Revolución del 25 de enero' del pasado año. Además, centenares de egipcios y egipcias han sufrido torturas, violencia sexual y otras formas terribles de abusos.
Este es el sangriento legado de los 16 meses bajo mandato del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.