sábado 19 de abril 2008
ALFREDO PALACIOS DONGO
El día 9 de este mes, durante el viaje de la presidenta Michelle Bachelet a una visita oficial a China, el avión presidencial, un Boeing 707, sufrió una avería en uno de sus motores, lo que obligó su retorno a Santiago. A partir de este suceso, se ha reabierto un amplio debate en Chile sobre la adquisición de un avión para reemplazarlo. Tanto el vicepresidente de la República, Edmundo Pérez Yoma, así como distintos parlamentarios, han manifestado que se necesita tener un avión presidencial eficiente y de primer nivel. Sin embargo, el ministro secretario general de Gobierno, Francisco Vidal, ha explicado que se requieren dos aviones que no son para la Presidencia de la República, sino para la Fuerza Aérea, y que uno de ellos se usaría para las giras presidenciales.
Recordemos que en enero de 2007, la ex ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, confirmó la adquisición de un avión presidencial a un costo no mayor de US$ 50 millones। Pero el 8 de agosto pasado, la Fuerza Aérea anunció oficialmente la adquisición de dos Airbus 310 MRTT (Multi Role Tanker Transport) a la empresa European Aeronautic Defence and Space Company (EADS) por un monto de US$ 104 millones, para ser utilizados como aviones cisterna, cargueros estratégicos y para traslados presidenciales en giras internacionales. Dichos aviones estuvieron programados para arribar a Chile en noviembre, pero por retrasos administrativos, EADS los vendió a una empresa aérea china. Sin embargo, ya está financiada su adquisición en el corto plazo.
Los Airbus 310 MRTT, más que aviones presidenciales, tendrán una gran importancia estratégica en los despliegues de sus 28 cazabombarderos F-16 a grandes distancias। Sus características les permiten –por medio de cuatro tanques de combustible con una capacidad de 28,000 litros– reabastecer en el aire a dos aviones de combate en forma simultanea, a un flujo de 1,600 litros por minuto.
Chile, en su concepción estratégica de seguridad y defensa con nuestro país, le ha dado prioritaria importancia a su poder aéreo, el cual será fuertemente potenciado con esta nueva adquisición. En este sentido, sus 28 F-16 –así como lo estarán estos Airbus 310 MRTT– se encuentran desplegados en sus bases aéreas de Cerro Moreno y Los Cóndores, las mejor equipadas y las más cercanas a nuestra frontera.
Chile acaba de ser catalogado por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI) de Suecia, como el mayor comprador de armas en América del Sur durante los cinco últimos años –y en el puesto 12 a nivel mundial–. Además, tiene pendiente recibir en los próximos meses, material militar de Canadá, Francia, Israel, España y Reino Unido.
Seguramente, el comandante en jefe de la Fuerza Aérea chilena, general Ricardo Ortega, tendrá mayores motivos para reiterar su inadecuada y belicosa advertencia hecha a fines de marzo pasado, cuando manifestó que gracias al poderío de sus 28 cazabombarderos F-16, los países de la región tendrán que "pensarlo dos veces" si intentan violar sus fronteras o presentar una actitud agresiva, añadiendo además, que "les gustaría adquirir una docena más de este tipo de aeronaves".
