sábado 23 de febrero 2008
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ALFREDO PALACIOS DONGO
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El 22 de julio de 2005 fue publicada en las normas legales del Diario Oficial la Ley N° 28583, "Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional". Por la necesidad de su urgente aplicación, se dispuso su reglamentación en un plazo no mayor a 60 días calendario, el cual se cumplió el 22 de setiembre de 2005 hace dos años y medio sin embargo, inexplicablemente hasta la fecha no ha sido concluido, pese a que para su elaboración se constituyó un Comité de Trabajo Multisectorial integrado por representantes de los ministerios de Transportes y Comunicaciones, Economía y Finanzas, Turismo y Comercio Exterior y Defensa. La falta de dicho reglamento impide iniciar el proceso de reactivación de la Marina Mercante.
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Extrañamente desde su promulgación, esta ley ha recibido varias propuestas de modificaciones argumentándose su difícil aplicación por la falta de claridad en los incentivos económicos y tributarios. Por este motivo los retrasos continúan y a pesar de su importancia y trascendencia para el crecimiento, desarrollo y seguridad del país, no es debatida, aumentando el riesgo de que permanezca encarpetada.
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Sin embargo, dicha ley incluye aspectos fundamentales para la reactivación de la Marina Mercante. Entre otros dispone que: 1) Mientras no existan naves mercantes de bandera peruana, las de bandera extranjera fletadas serán operadas únicamente por navieros nacionales; 2) El cabotaje es exclusivo para armadores y navieros peruanos; 3) Se brindan beneficios estatales para buques de navieras nacionales con mayoría de accionistas y directores peruanos; 4) Los buques, repuestos y accesorios que se importen e incidan en la reactivación, tendrán regímenes aduaneros especiales y eliminación de restricciones legales y administrativas; 5) Obligación de las empresas navieras que su Capitán y un mínimo de 80% de tripulantes sean peruanos; y 6) Apoya la industria de la construcción y reparación naval y servicios conexos, así como a la Marina Mercante fluvial.
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Es importante reiterar que mientras no contemos con una flota mercante, nuestro comercio exterior continuará dependiendo exclusivamente de buques con bandera extranjera, ocasionando un gasto anual de US$ 1,000 millones por pago de fletes, con los que paradójicamente financiamos empresas navieras de otros países, especialmente chilenas.
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Uno de los diez objetivos del Plan de Gobierno aprista 2006-2011 "Infraestructura para el desarrollo e integración nacional" promueve la formación de una flota mercante, sin embargo no demuestra la decisión política para su reactivación y promoción.
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El gobierno debería considerar que el desarrollo de nuestra Marina Mercante será fundamental para: 1) Mejorar el comercio exterior, generar nuevos puestos de trabajo y eliminar el pago de fletes; 2) Aumentar los ingresos de la caja fiscal y las cuentas de servicios de la balanza comercial; 3) Incrementar la demanda de construcciones y reparaciones navales, de servicios portuarios y marítimos y la oferta de bodegas y servicios de transferencia de carga; y 4) En el aspecto de seguridad nacional, contar con buques de reserva naval.