Lima, 29 oct (PL) Seis días de acumulación de tensiones desembocarán mañana, domingo, en un referendo que puede variar el mapa político-administrativo del Perú y dar curso a un proceso de descentralización y democracia.
En la consulta participarán más de siete millones 230 mil ciudadanos radicados en los 16 departamentos que podrían integrarse en macro-regiones, mas el desenlace atañe a todos los peruanos por sus implicaciones en el funcionamiento del país.
De ahí que a lo largo de la semana el asunto estuviera en el centro de la atención pública y fuera motivo de encendidas disputas en el Congreso de la República y en cuanto espacio de discusión se presentara.
El forcejeo entre varias fuerzas políticas por aprobar o desbancar la descentralización data de meses, pero alcanzó su clímax el jueves último, cuando el Partido Aprista Peruano le asestó un rudo golpe en el Parlamento.
Ese día la bancada del PAP bloqueó un proyecto de ley que habría facilitado la regionalización en tanto establecía que en el referendo solo contaran los votos válidos a la hora de determinar la mayoría simple necesaria.
Al lograr que también valgan las boletas anuladas y en blanco, los apristas pusieron en crisis la posibilidad de que una gran parte del territorio nacional logre un alto grado de autonomía respecto del gobierno central.
Analistas políticos atribuyen el boicot al temor del PAP a perder puestos políticos claves en varios departamentos susceptibles de integrarse en macro-regiones.
Lo cierto es que bajo aquella condición será muy difícil que mañana el Sí prevalezca sobre el No y que el Perú termine con un sistema de gobierno cuya esencia centralista es tan vieja como la República misma.
El asunto gravitó en los debates con vistas a las elecciones generales de abril de 2006, pero por alguna razón estratégica la fuerza que encabeza los sondeos sobre intenciones de voto -Unidad Nacional, UN- solo le prestó una atención relativa.
Tanto fue así, que al votarse el citado proyecto de ley cuatro congresistas por partidos que integran UN abandonaron el hemiciclo, algunos de ellos para ir al lavatorio. Sus votos pudieron haber favorecido la variante que facilitaba la regionalización.
Compromisos más-menos, la conservadora Unidad Nacional y su líder, Lourdes Flores, siguen al frente en los sondeos sobre intenciones de voto en los comicios del año entrante con una holgada ventaja sobre sus rivales.
Así, el último estudio sobre el particular reflejó que la también jefa del Partido Popular Cristiano recibiría el 27,9 por ciento de las boletas para la presidencia.
Un eventual candidato del movimiento Sí Cumple, del ex presidente Alberto Fujimori, quedaría segundo con un índice de 11,1 por ciento, delante de Alan García (PAP, 9,7) y Valentín Paniagua (Acción Popular, 9).
La próxima semana traerá más definiciones en este campo, pues varios de los partidos envueltos en la campaña celebrarán sus primarias y concertarán o desbancarán alianzas.
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