Mientras la Fuerza Aérea del Perú vive una de las peores crisis económicas de su historia y el 54% de los peruanos se debate en una situación de pobreza extrema, el alto mando de esa institución ha tenido la idea infeliz de obsequiar automóviles de lujo, valorizados en 163,200 soles, a sus comandantes generales que pasan al retiro.
Hasta ahora han sido obsequiados dos vehículos que fueron comprados durante la gestión del ex comandante general FAP Óscar Denegri Ayllón en setiembre del 2004. Los beneficiados por la decisión han sido los tenientes generales Aurelio Crovetto Yáñez y Julio Solano Vargas, quienes recibieron el “presente” por “haber cumplido más de 35 años de servicio en la institución”.
El auto que ahora ostenta Crovetto Yáñez le fue entregado cuando fue pasado al retiro por “renovación” el 31 de diciembre del 2004. El vehículo regalado a Crovetto es de la marca de lujo BMW, modelo VIP, gris plateado, adquirido a Inchcape Motors el 9 de setiembre del 2004, de placa BOF 777 modelo 325 I y con número de motor 30913242. Este auto, según la guía de internamiento de la FAP, tenía como fin “utilizarse en la seguridad del alto mando de la FAP”, es decir, era para ser utilizado por Denegri Ayllón, toda vez que Crovetto Yáñez en esos momentos estaba a cargo de la Comandancia General de las FF AA y que tres meses después (diciembre del 2004) se lo otorgaron.
Tanto la FAP como Crovetto Yáñez, ante requerimiento de la prensa, se defendieron aludiendo a un antiguo Decreto Supremo (N° 013-76 CCFA del 15 de octubre de 1976) elaborado en la dictadura militar de Francisco Morales Bermúdez, el cual aprueba el Reglamento de la Política General de Automóviles para uso del personal de las FF AA, que luego fue modificado en 1989 y que a la letra precisa quiénes podrán acceder a este beneficio: “Señores generales que alcanzaron el grado de teniente general (en el caso de la FAP) y con 35 años de servicio a su solicitud podrán adquirir un vehículo de modelo y valor similar al asignado a los oficiales generales en situación de actividad, efectuándose la transferencia a nombre del interesado con un porcentaje de desvalorización ascendente al 100%”.
Sin embargo, aquella norma en ningún momento precisa que el automóvil de marras tiene que ser necesariamente un vehículo de lujo, como es un BMW, ni mucho menos.
En la lona
Estos hechos adquieren dimensión de escándalo por el contexto en que se han producido, en el que la FAP prácticamente se encuentra “en la lona”.Sus aviones dedicados a la acción cívica se encuentran totalmente inoperativos y no existe una adecuada vigilancia aérea que garantice una defensa nacional idónea.
Su parque aeromotor se encuentra literalmente inutilizado debido a que, por falta de presupuesto, no se ha podido cumplir con lo establecido en el convenio de mantenimiento y reparación que se suscribió con Rusia, según informaron fuentes de la propia FAP.
Igualmente, existe un gran descontento general del personal operativo y administrativo de la FAP por los bajos sueldos que ganan mensualmente. Inclusive hay choferes que perciben sólo 500 soles mensuales y se encuentran impagos hace dos meses, añadieron los informantes.
General (r) Aurelio Crovetto:“Yo no hago las leyes”“El carro (BMW) me lo otorgaron sin pagar nada por ser un teniente general con 39 años de servicio y no decido si es costoso, porque está especificado en el reglamento militar”, afirmó el teniente general (r) Aurelio Crovetto Yáñez ante la insistencia de saber por qué, ante las carencias que existen en la institución aérea, se adquieren costosos vehículos de lujo de más de 50 mil dólares para regalarlos a los generales.Crovetto dijo que no solamente él ha recibido el costoso obsequio, sino también el teniente general (r ) Julio Solano Vargas.“Yo no hago las leyes, en todo caso deberían consultar la versión oficial que es de la FAP”, justificó el general, quien desde el pasado 18 de diciembre ostenta el cargo de presidente de Corpac.
“Lo vendí”
En todo momento sostuvo que “es un beneficio adquirido no por ser comandante, sino por el tiempo de actividad y como propietario puedo hacer lo que quiera con él”, y dijo que vendió el vehículo el año pasado a una tercera persona. El auto le fue asignado a la FAP en el año 2004, cuando estaba en actividad, “porque por ahí he visto que alguien ha mencionado que yo estaba fuera de la institución; yo sí estaba en la institución, sino que estaba en el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas cuando ejercí el cargo de comandante general de las FF AA y en ese tiempo yo no lo utilicé”. “Recién salí de actividad el primero de enero del 2005 y el carro pasó a mi propiedad y lo vendí por una razón simple: Nos dan una miseria por 39 años de servicio y lo único que me toca como gran ventaja es que me regalen un carro, es mi derecho”, apuntó. No obstante, aclaró que no todos los oficiales tienen el beneficio. “De acuerdo a las normas internas, hay un tratamiento especial porque los vehículos se pagan dependiendo de la cantidad de años de servicio”, acotó.