07-jun-2007 11:08
EL CHANTAJE A UN LIDER UNIVERSITARIO
-Alberto Rodríguez Barrera-
Después de leer en el Barómetro de noticierodigital.com el escrito de Roger Santodomingo (abajo reproducido), donde se refleja el chantaje de que es víctima Yon Goicochea, se ha incrementado con creces el asco que sentimos por la maldición exacerbada que ha llegado a ser el gobierno chavista:
"Sabemos que el padre de Yon lo llamó para decirle que sus condiciones en prisión se endurecieron desde el día que habló en una rueda de prensa en la Simón Bolívar. Esto lo ha transmitido el propio Yon a los otros líderes del movimiento estudiantil. Como también les informó que el vicepresidente Jorge Rodríguez lo contactó a él directamente y le ofreció negociar una tregua. Sin más vueltas, que detenga la protesta y su padre será liberado."
Jorge Rodríguez, premiado con la vicepresidencia bolivarera por los servicios prestados en la corrupción aún en marcha del Consejo Supremo Electoral (donde se prepara un nuevo zarpazo con los aspirantes invisibles del PUS), y Mario Silva, exaltado como valor por quien lo compró pese a su condición de adefesio (que ni en Zimbawe calificaría como caricatura), son símbolos de la pérdida y el limbo en que se estanca el proceso robolucionario.
En lo personal, como orgulloso hijo de Valmore Rodríguez, sentimos una especie de "deja vu", algo que nos regresa del pasado fantasmagóricamente. El "Viejo Valmore", además de crear un collar de sindicatos petroleros y de conocer otro collar de cárceles del militarismo retrógrado, todo por el afán de establecer una revolución democrática en Venezuela, no cultivó la estupidez ni la venganza cuando llegó la hora del triunfo. Mucho menos el chantaje, absurda cobardía que hoy el chavismo exalta a las cumbres de la imbecilidad.
La persecución y el acoso, en resumida cuenta, llevó a mi madre a tener siete de sus once hijos en pueblos diferentes, donde se encontraba fugazmente con su marido el perseguido y acosado. La vida es dura, sin lugar a dudas, pero de ahí surgen las ideas y la fortaleza para las creencias y las acciones que tienen trascendencia.
La última cárcel de mi padre fue la Modelo, tras el derrocamiento de Rómulo Gallegos, cuando como presidente del congreso asumió brevemente la Presidencia de le República en Maracay. Entre rejas sufrió dos infartos sin atención médica. Y a nuestra casa en La Pastora llegaron los esbirros armados del régimen.
Aquí es donde está mi "deja vu" particular. Tendría yo siete años y aún recuerdo a los forajidos poniendo la casa patas arriba, a mi madre que se les plantó al frente y a uno de mis hermanos que hizo igual pero con más reciedumbre estudiantil. Pese a la ausencia de mi padre, la casa no estaba sola. Sola estaba y estará siempre la cobardía.
Ante los esbirros de nuevo cuño que representan hoy Jorge Rodríguez y Mario Silva, además de las bandas armadas que sirven en sus rondas de amenaza como pobres escudos de su gobierno forajido, no hay carencia de valentía, cuestión que es indudablemente lo que más atemoriza a quienes hacen culto de la cobardía. De ahí lo peligroso de esta batalla.
Cuando un régimen llega al punto de chantajear a un estudiante universitario, lo que se delata es la falsedad que los carcome, así como el gusto y el placer que sienten ante el goce de unos privilegios obtenidos por abusos inhumanos y que ni siquiera tienen la justificación ni la satisfacción de obedecer a alguna labor de mérito cumplida. El "peligro" para ellos es la pérdida de los privilegios mal habidos.
Otros son los peligros para los venezolanos. Y el principal es la perspectiva suicida de seguir dejando que este gobierno nos siga enjaulando en una prisión castro-chavista. Sus patéticas razones justificatorias, tanto a nivel nacional como internacional, son la más clara evidencia de la ridiculez, como muy claramente lo ha visto el movimiento estudiantil.
Ver a ese poco de grandulones vistiéndose todos de rojos-rojitos, y buscando que todos nos vistamos también cual ridícula comparsa carnavalesca, que oculta su vocación por el chantaje colectivo, es algo más que infantilismo.
En los niños de primaria están perfectamente justificadas sus camisetas rojas, porque a la infancia todo le queda bien, y agrada verlos como "diablitos". Pero en los grandulones así disfrazados, tan pendejamente, los diablos no se reconocen como malos payasos.
Se requiere de algo más que el chantaje a un universitario para que el rotundo fracaso del chavismo salga del dulce mal con que se está muriendo.
"Las palabras de Yon Goicochea aún resuenan en millones de venezolanos. El estudiante, con todos los ojos del país sobre él, dijo al mundo que estaba dispuesto a dar la vida por una causa superior. Por supuesto que a los 22 años su entrega adquiere un significado enorme y su comprensión de los principios de los derechos civiles son una demostración de madurez que debe haber llenado de orgullo a sus padres y a los padres de todos los muchachos que ahora marchan por la libertad."
Barómetro / noticierodigital.com / Roger Santodomingo
La revolución perdió la juventud
por eso quiere destruirla... este es un alerta a Yon Goicochea y un alerta al país
Cita:
Sabemos que el padre de Yon lo llamó para decirle que sus condiciones en prisión se endurecieron desde el día que habló en una rueda de prensa en la Simón Bolívar. Esto lo ha transmitido el propio Yon a los otros líderes del movimiento estudiantil. Como también les informó que el vicepresidente Jorge Rodríguez lo contactó a él directamente y le ofreció negociar una tregua. Sin más vueltas, que detenga la protesta y su padre será liberado.
Las palabras de Yon Goicochea aún resuenan en millones de venezolanos. El estudiante, con todos los ojos del país sobre él, dijo al mundo que estaba dispuesto a dar la vida por una causa superior. Por supuesto que a los 22 años su entrega adquiere un significado enorme y su comprensión de los principios de los derechos civiles son una demostración de madurez que debe haber llenado de orgullo a sus padres y a los padres de todos los muchachos que ahora marchan por la libertad.
El cierre de RCTV dio pie a Goicochea a recordar que los derechos humanos no son negociables, muy especialmente los que ahora están siendo vulnerados, el derecho a manifestar y expresarse libremente.
El representante de la UCAB asumió de este modo una prominencia espiritual entre sus compañeros y pares del movimiento estudiantil. Era de esperar que esa prominencia repentina lo hiciera blanco de ataques. Goicochea ha sido objeto de una campaña perversa por parte del sector más retrógrado del oficialismo que emplea a sus esbirros ideológicos, como el programa La Hojilla, entre otros recursos para destruir reputaciones.
Cierto es que a veces a los hijos les toca pagar los errores de los padres. De hecho, ese es el gran peso que lleva esta generación de estudiantes a cuestas, los errores políticos de la generación anterior. En el caso de Yon, el error es de su papá, implicado en un caso de homicidio en defensa propia y por lo cual está preso desde hace dos años.
Sabemos que el padre de Yon lo llamó para decirle que sus condiciones en prisión se endurecieron desde el día que habló en una rueda de prensa en la Simón Bolívar. Esto lo ha transmitido el propio Yon a los otros líderes del movimiento estudiantil. Como también les informó que el vicepresidente Jorge Rodríguez lo contactó a él directamente y le ofreció negociar una tregua. Sin más vueltas, que detenga la protesta y su padre será liberado.
Esto puso a Yon contra la pared. Las dudas lo asaltan en este momento. De hecho, está manejando entre sus opciones el tranzar su futuro por el pasado de su padre. Su libertad, la libertad de millones, por la libertad de su padre. Entre sus compañeros, ya expuso este dilema.
Yon, el que se ofreció como el político "del segundo tiempo", el que abrió la esperanza a muchos sobre el surgimiento de un nuevo liderazgo nacional alternativo, ha dejado de asistir a reuniones con sus compañeros y se abstuvo de hablar el lunes en el TSJ.
Quizás Yon deba ponerse a un lado y dejar a sus compañeros continuar su lucha. O quizás debe poner en la balanza el valor de su futuro y decidir si está dispuesto a sacrificarse por los errores de su padre o a enmendarlos.
Cierto es que la protesta no puede durar eternamente, pero sus objetivos deben satisfacerse, o declararse derrotada. El compromiso de los estudiantes como tan claramente lo expresaron en su primera hora, es por un país libre y democrático donde hay espacio para todos.
Sus palabras incendiaron los corazones de millones de jóvenes que vieron de pronto la posibilidad de participar de una lucha que les da más sentido a su vida que el apostar por una green card o una visa de trabajo en cualquier país del primer mundo o resignarse al desasosiego de tener que acomodarse a un país donde sus opiniones sólo contarán si siguen la corriente de los que ya han decidido por ellos su destino y el de sus compatriotas.
La revolución perdió la juventud, por eso quiere destruirla del modo más vil, cortando sus alas su inspiración, destruyendo su verdadero espíritu revolucionario. La revolución perdió la juventud porque se hizo vieja y ya no entiende a los que se hicieron adultos con ella.