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sábado, noviembre 19, 2005

EL BUNQUER


"Mientras en Francia los más desfavorecidos están quemando su país, en España la derecha y la iglesia católica salen a la calle a manifestarse. Puesto así parecería que amplios sectores sociales del país se están solidarizando con los jóvenes franceses".

Pero nada más lejos de sus intenciones. Lo que exigen estos buenos españoles que se pasearon por Madrid es poder protegerse de las invasiones de bárbaros que también han llegado a España. Por ese motivo se concentran alrededor de los nuevos señores feudales y de la cruz, para bunquerizarse.
Ésta vez su fin ultimo pasa por no querer en sus escuelas –subvencionadas por todos nosotros– a los hijos de las familias humildes. Para ello, apropiándose de un sentimiento religioso muy extendido en el país, pretenden forzar al gobierno a que siga aportando cuantiosas sumas de dinero a sus escuelas. Para que así siga funcionando el proceso de bunquerización.
No consolados con la fractura social que tienen en mente, también pretenden controlar las escuelas de los parias con el adoctrinamiento en su religión: quizá porque todo sistema opresor requiere de mano de obra barata. Porque no puede haber equívocos en esto: és la patronal la que sigue provocando el verdadero efecto llamada, la que sigue diciendo que hacen falta cada vez más inmigrantes. 'Así podremos ser más competitivos' –dicen–, 'y además tendrán la educación justa y necesaria' –dicen ahora los otros–.
Mientras esto sucede la izquierda en este país, sigue en su sinfonía descompasada y falta de todo ritmo: unos no tocan de pies a tierra, otros son una copia barata del liberalismo bien entendido, y los que más, están ausentes, anonadados por ver lo que está pasando. Incapaces de articular juntos o por separado no ya una alternativa, si no una respuesta ante la reacción.
Muchos se han preguntado durante estos días si lo que sucede en Francia podría jorobarles también a ellos en nuestro país. La respuesta me temo que es afirmativa. Es más, me atrevo a decir que algunos lo desean, porque están comprobando que este tipo de alzamientos abstractos son incontrolables por la izquierda, y representarían una buena oportunidad para tomar el poder e instaurar su nuevo orden: en esto ya tienen experiencia.
De ahí la bunquerización de la derecha: su objetivo primario desde el 14 de Marzo de 2004 es hacer caer al gobierno, caldeando con cualquier excusa a la sociedad, formando parte de una campaña de desestabilización del estado en toda regla. Pero su objetivo una vez re-tomado el poder, no puede ser otro que la huida hacia delante, la creación de una nueva sociedad llena de ignorantes presos del pánico, y peligrosos terroristas anónimos, en la que solo unos pocos serian los elegidos para vivir en el bunquer, dirigiendo su patria.
Muchas personas, autodefinidas unas como de centro-liberal, otras como optimistas-antropologicos, y otras apolíticas, estarán pensando que estoy exagerando. No les faltara parte de razón, pero déjenme decirles que no encuentro nada alentador que por muy jodido que esté el gobierno francés, imponga en las Cités los toques de queda, y suprima en París el derecho de reunión. Hay cientos de medidas a tomar antes que esa supresión de derechos fundamentales: hasta cargar contra los alborotadores con los antidisturbios es más democrático: yo te golpeo, tú me golpeas.
No encuentro tampoco nada alentador que la derecha de este país, en lugar de estar reunida con el resto de partidos políticos para estudiar y debatir lo que sucede en el país vecino, se disponga a sembrar el odio en las calles a través de las ondas hertzianas.
En lugar de comprender y aceptar que nuestra sociedad ya está globalizada, y por lo tanto se enfrenta a fenómenos sociales nuevos y cada vez más complejos de abordar, y –que ésta misma sociedad– exige a gritos un convencimiento para buscar soluciones consensuadas entre todos, por encima de las diferencias ideológicas, religiosas, y hasta de clase, nuestra derecha democrática, con la supresión de derechos fundamentales –en Francia– y la movilización –en España– en contra de la educación para todos, se ha terminado de tirar al monte por el camino de la perdición.
Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.