El dirigente soviético se asoma a las calles de la capital rusa desde las vallas publicitarias.Un total de 10 se alzan con la efigie de Stalin con motivo del 130 aniversario del nacimiento del dictador.
Redacción Cultura - 25-06-09 Stalin celebra su 130 aniversario en la capital rusa
A pesar de que algunas agencias publicitarias locales rechazaron hacerse cargo de la campaña, los comunistas lo han conseguido. Además, el rotativo ruso 'Nezavísimaya gazeta', publica que las autoridades sólo reaccionaron ante la publicidad estalinista después de que los periodistas se interesaran por los carteles.
Por su parte el Servicio Federal Antimonopolio de Rusia, puntualiza que los carteles "no tienen objetivos publicitarios ni persiguen fines benéficos ni de utilidad social, ni tampoco defienden los intereses del Estado".
Stalin es el mayor asesino político de la historia de la humanidad, quizá sólo superado por el comunista chino Mao Tse Tung. Ese "quizá" se debe a que, en el caso del maoísmo, no está claro cuántos crímenes del comunismo chino pueden imputarse directamente a Mao.
En lo que concierne a este personaje, los cargos son abrumadores. Entre otros crímenes masivos, se le imputan la aniquilación masiva de campesinos libres a partir de 1924, las hambrunas provocadas políticamente en Ucrania en 1932 y 1933 (el llamado Holodomor: más de 3,5 millones de muertos) y entre los cosacos del Kazajistán y el Volga (alrededor de seis millones de muertos entre 1931 y 1933), las grandes purgas contra el ejército, el politburó, el partido bolchevique, el Komintern y los veteranos de la guerra civil española (varios miles de ejecutados y decenas de miles de deportados a campos de concentración, donde la mayoría de los cautivos murió), así como todos los muertos en el inmenso sistema concentracionario soviético –el Gulag- entre 1924 y 1953.
Según los cálculos del investigador ruso Vadim Erlikman, el desglose de las víctimas mortales de Stalin sería el siguiente: 1,5 millones de ejecuciones directas; 5 millones de muertos en los campos de concentración; 1,7 millones de muertos entre los 7,5 millones de deportados; 1 millón de muertos entre los presos de guerra alemanes y los civiles alemanes asesinados durante la ocupación en 1945. En total, una cifra de entre 9 y 10 millones de víctimas. A esa cifra hay que sumar las víctimas de las hambrunas de Ucrania, el Kazajistán y el Volga, que hoy pueden considerarse, sin ningún género de duda, como decisión política del propio Stalin. Eso arroja una cifra global de unos veinte millones de muertos.
Las cifras precedentes contemplan sólo las muertes provocadas por decisión política directa en el interior de la Unión Soviética. No incluyen ni los muertos a manos de los comunistas en el resto del mundo durante el estalinismo, ni otra cifra indeterminada de ciudadanos soviéticos desaparecidos y cuyo destino no ha podido ser esclarecido por falta de documentación.