El peruano Juan Carlos Pizarro Yagi, quien hace algunos días confesó ser el asesino de la niña Airi Kinoshita, reveló que ingresó al Japón utilizando un falso pasaporte que adquirió en el año 2002 el Perú a un precio de 4 mil dólares.
Tales afirmaciones fueron dadas a conocer por su abogado de oficio, Hounen Kubo, a su salida de la delegación policial Hiroshima Kaida donde su patrocinado permanece detenido desde el pasado viernes cuando la policía prefectural oficializó su acusación en la Fiscalía.
Del mismo modo, reveló que su verdadero nombre es Jose Manuel Torres Yagi y su fecha de nacimiento es el 3 de febrero de 1972 y no el 21 de diciembre de 1974 como manifestó al principio. Esta información contradice a la proporcionada por voceros del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú quienes manifestaron que el nombre del confeso criminal es Robert Frank Pizarro Vargas.
"No tengo estudios, por eso no podía encontrar un trabajo en mi país. necesito trabajar por eso vine a Japón porque así podía enviar dinero a mi famillia. En mi país es fácil obtener un documento falso, todo el mundo puede comprar un pasaporte falso ", expresó Pizarro a su abogado.
En relación a los crímenes sexuales que se imputan a Pizarro Yagi en el Perú, el abogado manifestó que su defendido reiteró que era inocente de dichos cargos y responsabilizó a su hermano de parte de padre como el autor de tales delitos.
ESTUVO EN CARCEL TRUJILLANA
Sin embargo, nuestro colaborador en la ciudad peruana de Trujillo, Carlos Valderrama dio a conocer que se confirmó que el confeso asesino de la menor de 7 años purgó condena en una cárcel de dicho país por haber atentado contra el honor sexual de una niña de 9 años en 1992.
Incluso se conoció que las autoridades judiciales decidieron otorgar la libertad condicional a Pizarro Yagi bajo condición que cumpla una serie de normas de conducta, acuda a firmar un libro de asistencia cada 30 días e incluso se le prohibió abandonar el país. Por ello, llama la atención el hecho que las autoridades consulares japonesas le hayan expedido el visado correspondiente sin problema alguno.
El caso de Pizarro Yagi también ha sido comentado por el primer ministro nipón Junichiro Koizumi quien señaló la necesidad de hacer algo para contener el creciente número de extranjeros que permanecen en Japón ilegalmente, así como la costumbre de permitir que los criminales salgan de prisión antes de cumplir sus condenas en su totalidad.
”Este asunto no se debería dejar solamente en manos de la policía, sino que los ministerios y direcciones, así como las comunidades locales, deben hacer esfuerzos conjuntos a fin de considerar qué medidas se deben aplicar”, concluyó.