BUSH ESBOZA ESTRATEGIA PARA LA VICTORIA EN IRAK
Asegura que EU no saldrá de ese país hasta que cumpla su misión
Maribel Hastings
Corresponsal de La Opinión
01 de diciembre de 2005
WASHINGTON, D.C.— El presidente George W. Bush delineó ayer una “estrategia para la victoria en Irak” aunque, básicamente, repitió que las tropas estadounidenses no saldrán de ese país hasta completar su misión y desafiando a los críticos que piden fechas de salida, dijo que son sinceros pero están “francamente equivocados”. Afirmó que los iraquíes están progresando en su autodefensa pero que todo tomará “tiempo y paciencia”.
Empero, ofreció algunos detalles que supondrían la salida gradual de las tropas estadounidenses en Irak o cuando menos su reducción al concentrarse en operativos especiales y dejando poco a poco las labores de patrullaje y seguridad. No ofreció fechas para la salida o reducción de las 160 mil tropas estadounidenses destacadas en Irak en estos momentos.
Bush habló ante una muy receptiva audiencia en la Academia Naval de Annapolis, Maryland, como parte de una campaña de cuatro discursos previos a las elecciones iraquíes el 15 de diciembre y en medio de una lluvia de críticas de demócratas a viva voz y de algunos republicanos de forma más privada por el manejo que la Administración está dando a la guerra y por la percepción de que la situación está fuera de control.
Precisamente, para evitar que la situación se salga de control en el Congreso controlado por su propio Partido Republicano, que hace casi dos semanas se fue de receso tras un “espectáculo” en la Cámara Baja por el tema de Irak, Bush no sólo pronunció el discurso sino que la Casa Blanca sometió un compendio de 35 páginas titulado Estrategia nacional para la victoria en Irak.
En su discurso Bush pasó revista por los mismos puntos.
Si bien es cierto que insistió en que no se impondrán fechas para el retiro de tropas, indicó que las fuerzas estadounidenses irán transformando sus labores de proveer seguridad y enfrentar al enemigo dentro del país “a conducir operativos más especializados dirigidos a los terroristas más peligrosos”.
Es algo similar a lo que se está produciendo en Afganistán en estos momentos.
“De forma creciente nos iremos saliendo de las ciudades iraquíes, reduciremos el número de bases desde donde operamos y conduciremos menos patrullajes y convoyes”, declaró el mandatario.
“Conforme las tropas iraquíes obtengan experiencia y el proceso político avance, podremos disminuir nuestra cifra de tropas en Irak sin perder nuestra capacidad de derrotar a los terroristas”, sostuvo Bush.
Pero a los críticos, como el congresista demócrata de Pennsylvania y ex veterano condecorado de Vietnam, John Murtha, quien pidió una fecha para la salida de tropas, Bush les dijo que el nivel de tropas será decidido por los comandantes en el terreno de operaciones “y no por políticos en Washington”.
Para reforzar su punto de vista incluyó además las declaraciones de un demócrata, el senador de Connecticut, Joseph Lieberman, de que sacar las tropas de Irak en estos momentos sería un error.
Bush enfrenta uno de los índices de aprobación más bajos de su presidencia por el manejo de una guerra en la que han muerto más de dos mil soldados estadounidenses, quién sabe cuántos miles de iraquíes, que cuesta 6,000 millones de dólares al mes, y que tiene el potencial de afectar a su propio partido en los comicios de medio período en 2006.
Pero como el documento de la Casa Blanca indica, “el Presidente no quedará satisfecho con nada menos que la victoria absoluta en Irak”.
El documento de la Casa Blanca dice que no es realista anticipar una democracia iraquí capaz de derrotar a sus enemigos en menos de tres años de la caída de Sadam Husein. Esto se cumple en marzo de 2006.
Irak, agrega, enfrentará ciertos niveles de violencia por muchos años. “La victoria tomará tiempo”, señala el documento.
“Retirar a nuestras tropas antes de que logren su objetivo no es un plan para la victoria”, dijo Bush, y a los soldados les prometió que “mientras yo sea su comandante en jefe, Estados Unidos no huirá de suicidas y asesinos”.
Los demócratas no tardaron en responder aunque en ese partido hay una corriente que aboga por la salida de tropas o cuando menos una fecha de salida, y hay otros que abogan por un plan más definido, pero que se complete la misión.
La senadora demócrata de California, Bárbara Boxer, enumeró una serie de argumentos de lo que Bush pasó por alto en su discurso, entre otros, dijo, ignorar la realidad de que Irak nada tiene que ver con la lucha contra el terror y con los siniestros del 9/11 porque, precisamente, esa guerra lo que ha generado es más violencia y amenazas contra Estados Unidos.
“El Presidente empleó este discurso para atacar de manera muy personal a quienes creen que la mejor estrategia para el éxito es el entrenamiento acelerado de las fuerzas iraquíes de seguridad y el retiro de las tropas estadounidenses, comenzando con la Guardia Nacional. Una vez establezcamos claramente que no tenemos intenciones de permanecer en Irak para siempre, la insurgencia será disminuida y nuestros valientes hombres y mujeres podrán comenzar a retornar a casa”, dijo Boxer.
Agregó que al no abordar las preocupaciones de los estadounidenses y del Congreso, el Presidente dio “un golpe devastador a todos los que querían que articulara una clara misión y una proyección de cuándo nuestras tropas pueden regresar a casa”.
Por su parte, el líder de la minoría demócrata del Senado, Harry Reid, de Nevada, indicó que “hace apenas dos semanas una mayoría bipartidista en el Senado registró su voto de desconfianza en el plan actual del Presidente para Irak”.
“Demócratas y republicanos pidieron al Presidente cambiar el curso y presentar una estrategia para el éxito en Irak con metas específicas a cumplir, mediante las cuales se pueda medir el progreso. Hoy [ayer] el presidente Bush no cumplió con este llamado. En lugar de eso, ha reciclado su agotada retórica de ‘mantener el rumbo’ y nuevamente perdió la oportunidad de presentar una verdadera estrategia para el éxito de Irak que traiga a nuestras tropas de regreso a casa a salvo”.
Pero Ken Mehlman, presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), dijo que “es decepcionante que momentos después de que el presidente Bush articuló una clara estrategia para la victoria en Irak, un número de demócratas pesimistas hayan optado por atacar nuestro progreso militar y nuestro plan para la victoria”.
“La estrategia para ganar la guerra en contra del terror no puede estar determinada por sondeos de opinión”, dijo Mehlman.