2.4.07
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Cultura ciudadana
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Las enormes riquezas naturales de nuestro país, fueron una bendición, pero también crearon una deformación ciudadana. Hasta 1945, Argentina era un faro de atracción para emigrantes de Europa y países latinoamericanos, porque aquí se prosperaba. El nivel de vida de su población era de los más altos del planeta y en las preferencias de los inmigrantes europeos, competíamos con Estados Unidos. Los inmigrantes trabajaban duro y progresaban. Eran tiempos de "m´hijo el doctor" y de la descomedida fraseada "padre jornalero, hijo caballero y nieto pordiosero". Se inició la mala cultura del bien vivir con poco trabajo.
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El país era inmensamente rico y se creyó que nunca podría estancarse, ni empobrecerse su población.
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En 1945 ese pensamiento de desculturización ciudadana es institucionalizado por el nuevo gobernante, creando la ficción de la sociedad de bienestar, de la justicia social con derechos y sin trabajo personal, de las corporaciones políticas gremiales, desatando la corrupción, la inflación, la quiebra del Estado y el estancamiento social y económico.
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Hasta 1945, las grandes fortunas de argentinos se fueron diluyendo por la ley de la herencia y por las prostitutas de París. Pero la perversión cultural del pueblo institucionalizada en 1945 sigue, sostenida por la corrupción corporativa política y gremial.
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Que se lo pregunten a las agobiadas mujeres.
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Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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Cultura ciudadana
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Las enormes riquezas naturales de nuestro país, fueron una bendición, pero también crearon una deformación ciudadana. Hasta 1945, Argentina era un faro de atracción para emigrantes de Europa y países latinoamericanos, porque aquí se prosperaba. El nivel de vida de su población era de los más altos del planeta y en las preferencias de los inmigrantes europeos, competíamos con Estados Unidos. Los inmigrantes trabajaban duro y progresaban. Eran tiempos de "m´hijo el doctor" y de la descomedida fraseada "padre jornalero, hijo caballero y nieto pordiosero". Se inició la mala cultura del bien vivir con poco trabajo.
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El país era inmensamente rico y se creyó que nunca podría estancarse, ni empobrecerse su población.
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En 1945 ese pensamiento de desculturización ciudadana es institucionalizado por el nuevo gobernante, creando la ficción de la sociedad de bienestar, de la justicia social con derechos y sin trabajo personal, de las corporaciones políticas gremiales, desatando la corrupción, la inflación, la quiebra del Estado y el estancamiento social y económico.
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Hasta 1945, las grandes fortunas de argentinos se fueron diluyendo por la ley de la herencia y por las prostitutas de París. Pero la perversión cultural del pueblo institucionalizada en 1945 sigue, sostenida por la corrupción corporativa política y gremial.
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Que se lo pregunten a las agobiadas mujeres.
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Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar