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lunes, marzo 19, 2007

Crean una red para vigilar los volcanes en actividad

Adolfo Leonardo Zanger adolfoz@uolsinectis.com.ar

Fecha: 19-mar-2007

Hora: 10:59

Adolfo Leonardo Zanger adolfoz@uolsinectis.com.ar

Nuestro país trabajará junto con España e Italia



Permitirá pronosticar las erupciones.













Mariano Agustotoma muestras del volcán Copahue muy cerca del complejo termal









Trabajos de obtención de las muestras en la isla Decepción


El Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (Gesva) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) inició ya la recolección de datos para conocer los fenómenos que permitirán anticipar erupciones en el sistema volcánico de Copahue, Lanín y en la isla Decepción, como parte de su trabajo en la red formada con la Universidad de Granada y la Universidad Complutense de Madrid, de España, y el Observatorio Vesubiano y la Universidad de Firenzze, de Italia, además de dis-tintos centros nacionales de investigación.

"En la Argentina, no hay antecedentes de este tipo de estudios, como sí ocurre en otros países que desde hace 30 o 40 años trabajan en el seguimiento de un mismo volcán", des taca el doctor Alberto Caselli, director del nuevo proyecto, que depende del Departamento de Ciencias Geológicas de la UBA.

La idea, continuó, "es empezar a recopilar información para tener parámetros futuros de comparación.

Aunque tienen características generales comunes, cada volcán es único.

El objetivo es conocerlos, porque para predecir una erupción primero hay que saber cómo funciona el sistema en particular"

Para elaborar esa historia clínica volcánica, a la que también se sumará el volcán Peteroa (Mendoza), que se activó el año pasado, el equipo realiza estudios geológicos, sísmicos y geoquímicos.

Así, por ejemplo, para auscultar en Neuquén el volcán Copahue se instalaron dos antenas sísmicas de doce sensores cada una conectadas a una computadora.

Los datos, luego, se procesan en la UBA. "Actualmente se están tomando muestras del aire para medir gases ácidos muy importantes en el cráter, aunque también queremos saber si llegan al pueblo ubicado a 8 kilómetros sobre la falda del volcán.

En abril se retirarán los medidores para enviarlos a la Universidad de Firenzze para su análisis", indica.
Hasta la cima
En
su trabajo para llegar hasta la cima del Copahue, a más de 2900 metros de altura, los investigadores llegan en camioneta hasta cerca de Caviahue, desde donde deben caminar durante otras tres horas.

"El cráter tiene una laguna que nace por el deshielo del glaciar con aguas a 40° muy ácidas.

En el centro tiene fumarolas permanentes, de las que se desprende dióxido de azufre, sulfídrico y clorhídrico, que rápidamente afectan la nariz, los ojos y la garganta, por lo que hay que llevar máscaras y antiparras", relata Caselli.

En este espejo de agua, mezcla de grises y verdes, de 200 metros de diámetro y unos 40 de profundidad, los científicos sumergen instrumental metálico que, en segundos, queda negro por la corrosión.

La finalidad es desentrañar detalles del Copahue, cuya última actividad fue en 2000.
En cambio, las últimas erupciones del Lanín, también en Neuquén, tienen 2100 a 1600 años de antigüedad, aunque "un volcán se considera activo cuando ha tenido actividad en los últimos diez mil años", aclara.
Pero sólo 37 años pasaron de la última erupción en la isla Decepción, un volcán que emerge en los mares australes.

Allí, en verano, sólo funciona un observatorio vulcanológico, que dirige Caselli.

"Se toman registros sísmicos y muestras de agua y gases fumarólicos junto con científicos españoles -puntualiza-.

Es el único volcán en el mundo a cuyo cráter se puede llegar en barco, porque uno de los flancos colapsó y permitió el ingreso de agua de mar, lo que hoy es un puerto natural protegido.

También es el único lugar de la Antártida donde uno se puede bañar en el mar, ya que tiene zonas de agua cálida."

Más al Norte, en Mendoza, a la altura de Malargüe y en el límite con Chile, se yergue el volcán Peteroa, otro de los objetivos de esta nueva red de estudio.

"Como el Copahue, tiene una laguna en el cráter; en general, este tipo de volcanes suelen ser más peligrosos porque tienen un sistema de agua de elevada acidez a altas temperaturas, que erosiona las rocas del volcán y puede generar flancos débiles , éstos pueden colapsar en una erupción que desmorone parte del edificio volcánico.

En el caso de Copahue, no hemos hallado rocas que indicaran en su pasado un colapso de flancos."

Además de estudiar las características sísmicas, geológicas y geoquímicas de cada uno de estos volcanes, la red ( www.gesva.gl.fcen.uba.ar) busca formar un equipo de científicos jóvenes especializados en vulcanología y vigilancia de volcanes activos.

Las últimas erupciones en la Argentina ocurrieron en el Peteroa (1991 y 2006); el Copahue (1992, 1995 y 2000), y la isla Decepción (1967, 1969 y 1970).
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Por Cecilia Draghi
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LA NACION
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Lunes 19 de Marzo del 2007