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domingo, marzo 11, 2007

NO RESULTA SER ESTE PEDIDO UN UTÓPICO DESEO COMO EL DE PEDIRLE PERAS AL OLMO ¿?

Adolfo Leonardo Zanger adolfoz@uolsinectis.com.ar
Fecha: 09-mar-2007
Hora: 13:01

Con todo respeto, Señor Presidente, con todo el respeto que me merece su investidura, ¿sería mucho pedirle que Usted demostrara un poco de respeto por los argentinos que no estamos de acuerdo con sus políticas?

Con todo respeto, Señor Presidente, no me gusta que me tomen por tonta.

No me gusta que insulten mi inteligencia, sea esta poca o mucha.

Y eso es lo que Usted, Señor Presidente, hizo el jueves pasado en el Congreso de la Nación.


Con todo respeto, Señor Presidente, me parece perfecto que enumere sus logros económicos, que son muchos y que nadie puede discutirle.

Más allá que no se deben tanto a su gestión como a la bonanza internacional.

Pero son una realidad.

¿Nadie le explicó que además de contabilizar lo que se ha hecho se debe hablar sobre lo que se hará?


Paro eso, para contarle a la Nación desde el Poder Legislativo los planes para el año que se inicia, es que habla el Presidente en la sesión inaugural del Congreso.

Y de eso, nada.

Con todo respeto, Señor Presidente, las sesiones que dio por inauguradas se llaman "ordinarias", pero se llaman así porque son "comunes, habituales", no porque son "guarangas".

Y el "de acá", rubricado por un medio corte de manga gestual, con el que nos instruyó acerca de su sentir hacia el FMI, no fue digno de la investidura presidencial, y fue desagradable para con los ciudadanos.


Con todo respeto, Señor Presidente, la defensa de su curiosa política internacional, me desconcierta.

Usted declama su agradecimiento hacia Venezuela y su bizarro Presidente, con el que nos endeudamos cada día un poco más.

No aclara que le pagamos intereses sensiblemente más altos que los que le pagábamos al FMI.

Y mientras reivindica el accionar del Poder Judicial con respecto al tema AMIA y Embajada de Israel (pedido de detención de ex funcionarios iraníes), su amistad con Chávez, íntimo amigo del líder Iraní, descoloca.

Reconozca que es difícil de explicar.


Con todo respeto, Señor Presidente, cuando reivindica su política con respecto a los DDHH, Jorge Julio López sigue desaparecido, hoy, bajo su gobierno, tan ineficiente al respecto que aún, a casi 6 meses del hecho no se sabe nada. Del caso Gerez, ni siquiera Usted se anima a decir algo más que:

¿A quien se le ocurre hablar de auto secuestro?

Se nos ocurre a casi todos los argentinos que no queremos que nos tomen el pelo y nos den trato de tontos.

Y, sabe Señor Presidente, hubo terrorismo de estado porque previamente hubo terrorismo de parte de esos
"maravillosos muchachos idealistas".

Y todo terrorismo es eso; terrorismo y debe ser igualmente condenado.

Sino la reconciliación con justicia nunca llegará.


Con todo respeto, Señor Presidente, Usted habló de dialogar con la oposición, Usted que no dialoga con nadie.

Usted, Señor Presidente, habló de pluralidad y de compartir ideas, mientras le decía a la oposición lo que debía hacer. Usted habló de recuperación de la calidad institucional.

Y en este punto, discúlpeme Señor Presidente, me siento personalmente agraviada.

¿En verdad usted cree que hemos recuperado la calidad institucional?

Si lo cree, dejo de respetarlo.

Si no lo cree y lo dice, le ruego que me respete como ciudadana que paga impuestos y con ello contribuye a mantener al Estado que Usted administra.

Solamente en tiempos de gobiernos de facto se han avasallado las instituciones de manera tan flagrante.


Con todo respeto, Señor Presidente, mientras el facilitador español enviado por el Rey Juan Carlos hace desesperado esfuerzos para que Argentina y Uruguay puedan llegar a un acuerdo, ¿es necesario destratar al Presidente del país vecino desde el

Congreso, en cadena nacional, para que se entere todo el mundo?

No le ha facilitado la tarea al facilitador.


Con todo respeto, Señor Presidente, para no perder la costumbre, cargó contra los periodistas.

También como de costumbre, empezó diciendo: "con afecto, con cariño, les digo."

Prefiero que deje el cariño de lado y me respete.

Dijo que a los políticos los votan y a los periodistas, no. Lamento contradecirlo; a los periodistas los vota el público cada vez que los lee, los ve o los escucha.

No hay periodismo sin público.


Con todo respeto, Señor Presidente, según Usted "la mayoría de los periodistas no resiste un archivo" y "han ido escribiendo como el viento venía, o de acuerdo con los intereses que debían representar".

No se lo discuto; algunos periodistas se encuadran en su descripción. También lo hace la mayoría, casi la totalidad de los funcionarios que lo acompañan en su gestión, empezando por Usted.

¿No fue Usted, Señor Presidente, el que calificó a Menem como el mejor Presidente de la historia?

¿No fue Usted Señor Presidente el que fogoneó desde su provincia y ayudado por su mujer desde el senado, la privatización de YPF?


¿Y esa gestión no le valió muchos millones de dólares para Santa Cruz, millones que Usted mandó al exterior?


Con todo respeto, Señor Presidente, ¿dónde están, qué pasó, cuando vuelven los millones de Santa Cruz a la provincia?


Con todo respeto, Señor Presidente, le reconozco que estoy de acuerdo con Usted cuando dice: "la calidad institucional tiene que tener una oposición con propuestas, una oposición con capacidad de debate, con un proyecto estratégico que pueda SUPERAR LA CALIDAD DEL AGRAVIO y que pueda levantar la bandera de las ideas".


Con todo respeto, Señor Presidente, ¿y si desde el
Gobierno se propone en vez de ordenar?

¿Y si desde el Gobierno alguna vez se debate algo, lo que sea, pero se debate?

¿Y si desde el Gobierno se diseña el país del futuro con estrategias claras y a largo plazo y no a como de lugar y corriendo detrás de los acontecimientos?

¿Y si desde el Gobierno se supera la calidad del agravio?

¿Y si desde el Gobierno se deja de creer que cualquier opinión discordante con las políticas establecidas, son un agravio?


Con todo respeto, Señor Presidente, pensar distinto no es agraviar.

Es tener una visión diferente de las cosas.


Con todo respeto, Señor Presidente, me comprometo en forma personal, a superar la calidad del agravio; a cambio, agradecería, menos "afecto" y menos "cariño" de su parte y más respeto.

No me diga más que me lo dice "con afecto, con cariño, le digo", dígamelo con respeto.

Me lo merezco como ciudadana.

No me de trato de tonta.

Yo lo respeto por su investidura, respéteme por mi ciudadanía.

Con todo respeto, Señor Presidente.

Espero reciprocidad.